sábado, 7 de mayo de 2011

Comunicado: 6 de Mayo en Memoria de Nicolas Neira

Hoy se cumplen 6 de años de un brutal asesinato que permanece en la impunidad. Sus autores no son otros que los miembros de los organismos de represión, que según dice el papel, cumplen con la tarea de cuidarnos y protegernos de nosotr@s mismas y que antes que nada, tienen la sagrada misión de defender un orden social injusto, explotador y opresivo. Su víctima, un hijo del pueblo llamado Nicolás, no era sino un muchacho indefenso, flor de libertad con toda una vida por delante.  

El Domingo 1ero de Mayo de 2005 Nicolás David Neira Álvarez (11 de octubre 1989-6 de mayo de 2005), joven libertario de 15 años, estudiante de noveno grado del Liceo Hermano Miguel de la Salle, fue asesinado durante las jornadas de movilización obrera y popular del Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras. Ese día, a las 1:30 de la tarde, el bloque de personas y organizaciones con las que se movilizaba Nicolás, fue atacado por la Policía en la carrera 7ª entre las Calles 16 y 19 del centro de la ciudad. Las personas, corrieron presas del miedo, en medio de gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y la violencia policial que les arrojaba con furia el Escuadrón Móvil Anti Disturbios ESMAD.

Nico no pudo correr tanto y cayó al piso asfixiado por los gases, por lo que fue alcanzado por un grupo de agentes del ESMAD, quienes en un número superior a 8, lo patearon y golpearon boca abajo, sádicamente en medio de su más completa indefensión.  Tendido en el piso, con sus ojos impregnados de esperanza mirando al cielo, el joven estudiante fue rodeado por agentes del ESMAD, mientras mucha gente se solidarizaba, denunciando el hecho y pidiendo ayuda médica para el muchacho. Finalmente, varias personas solidarias consiguieron llevar a Nico a un hospital, el CAMI del barrio la Perseverancia en el que estuvo toda la tarde sin tratamiento y luego en la madrugada, a la Clínica Jorge Piñero Corpas.  Era sin embargo muy tarde. En el parte médico se consigno que Nico presentaba un trauma craneoencefálico severo, una fractura occipital, un enema cerebral y se encontraba en estado de coma. Finalmente el viernes 6 de mayo hacia las 3 de la tarde, el joven se fue de este mundo en medio del dolor de familiares, amigos y amigas.

Después de su muerte, el de Nico se convirtió en un caso más de clásica impunidad Estatal. La Policía, los paramilitares y los grupos fascistas hicieron su trabajo: se encargaron de amenazar, perseguir e incluso intentar matar, a los testigos, los abogados, la familia y los compañeros y compañeras, que trabajaban por la verdad, el esclarecimiento y la denuncia del caso. Los Tribunales y organismos de control por su parte hicieron lo suyo: Dilataron, borraron, perdieron y rechazaron el caso con el fin de garantizar las más sucia de la impunidades: La del silencio. Finalmente y pese a la enorme oposición del Gobierno Santista, que profundiza el modelo represivo que dio muerte a Nicolás y defiende a muerte a los violadores, masacradores y terroristas de las Fuerzas de Seguridad del Estado, un Juzgado fallo y le ordeno al Estado  indemnizar económicamente a su familia, fallo que el Gobierno convirtió pronto, en un intento por poner punto final a su caso y enterrar en el olvido la vida de Nicolás. Pero, lo que no sabe la Unidad Nacional Santista, es que a Nicolás Neira ya no se le puede olvidar porque su nombre, su vida y su asesinato se han asentado en lo profundo de la memoria obrera y popular que no olvida a quienes han caído construyendo un mundo más justo.

Nicolás Neira está en la lista negra de crímenes del Terrorismo de Estado en Colombia. Pero también está en los corazones y las conciencias de miles de hombres y mujeres, trabajador@s, campesin@s, estudiantes, jóvenes, indígenas y luchadoras populares en general, que recordamos y celebramos su vida, conmemoramos y denunciamos su muerte, exigimos justicia y verdad para su familia y avanzamos por el triunfo de se lucha y de su causa, la del la libertad y la igualdad humana.

¡Nicolás Neira vive, Estado asesino!
¡Nico vive, la lucha sigue!

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